Una de esas noches que vayas a acostarte, apaga las luces y deja la cortina entreabierta, de manera que la luz de afuera ilumine vagamente tu habitación, o por lo menos, un pedazo de techo. La cuestión de la iluminación es bastante importante... no debe haber mucha luz, pero tampoco debe estar absolutamente oscuro. El chiste es que puedas levantar una mano y puedas verla sin que el reflejo de la luz de afuera afecte tu visión.
Procura dejar de pensar en todo aquello que todas las noches piensas. Si te cuesta trabajo, respira profundamente sin retener el aire para relajarte un poco. Levanta tu mano estirando todo el brazo y abre los dedos, como si mostraras la palma hacia el techo. Procura que tu mano no "cubra" ningún haz de luz que entre por la ventana.
Ahora, abre bien los ojos (metafóricamente hablando). Enfoca tu vista en tu mano y concéntrate en las orillas, en la silueta, principalmente en los dedos, pues por ahí es el mejor lugar para comenzar, ya que los chakras de los dedos son los primeros en abrirse. Después de algunos segundos o minutos de estar concentrando tu vista en tu mano, te darás cuenta al parpadear que en el preciso momento en el que estás parpadeando, hay pequeñas partículas de luz danzando alrededor de tu mano... te sacarás de onda, y pensarás que es que tienes la vista cansada... pues no, porque lo que estás viendo son fotones que desprende tu aura.
También descubrirás que de repente, cuando dejas de parpadear por un instante, tu mano se vuelve completamente negra y ves como si la silueta fuera blanca. Ese es otro de los indicios de que te estás acercando. Sigue mirando. Llegará el momento en el que verás como si una neblina saliera de tu mano. Ahí, mi querido(a) amigo(a), dile "hola" a tu cuerpo etéreo.
El cuerpo etéreo es fácil de ver, puesto que es como una niebla que se desprende de tu mano. Y con la media luz, no tendrás problema alguno para identificarlo. Gira tu mano en distintas posiciones, levanta la otra mano, ponlas juntas, retíralas y verás cómo esa niebla es afectada por el movimiento, especialmente por la proximidad de tu otra mano. Mientras ves tu cuerpo etéreo, es posible que sigas viendo, tal vez con más intensidad, los pequeños puntos de luz, y tal vez veas un fenómeno que no cualquier mortal puede ver: un fotón transitorio. Esto es, un fotón que súbitamente "entra" de otra dimensión, hace un círculo y al terminarlo, desaparece, "saliéndose" hacia otra dimensión.
Ahora, el siguiente paso, puede que te cueste más trabajo y varios días de práctica: ver tu cuerpo astral, la mera esencia de tu aura, de tu fuerza viviente. En una de esas veces que tu mano se oscurece por completo, es posible que veas como si estuviera saliendo fuego de tu piel, y me refiero a una minúscula capa de alrededor de un milímetro de grosor. Si le pones atención a ello, cada vez verás más claramente esa capa.
Si llegas a enfocarla, se irá temporalmente al parpadear. Trata de enfocarla de nuevo, y verás que vuelve a aparecer. En esta capa verás cómo minúsculas flamas de luz salen de tu piel... imagínate una de esas parrillas de restaurante, que tienen un tubo con hoyitos por donde sale la flama. Así verás ese cuerpo de tu aura, y de hecho, verás cómo esa misma flama se convierte en la neblina que rodea tu cuerpo y por ahí tintinean los fotones
Cuando puedas enfocar bien tu cuerpo astral, entonces acerca tu mano a tus ojos para que puedas ver con más detalle... checa el dorso de tu mano, tus dedos, prueba con la otra mano, juega con tu vista. Ahora intenta ver más allá de tu mano... checa tu brazo y sigue hasta que te canses. Al principio todo lo verás en blanco y negro, pero poco a poco irás viendo o comenzarás a percibir colores en tu aura.
Prueba esto varias veces, durante varios días. Verás que agarras práctica rápidamente. El siguiente paso es verte frente a un espejo bajo las mismas condiciones de iluminación y tratar de ver el aura de tu cabeza. Y, el siguiente paso, será aumentar el nivel de luz para poder ver tu aura a simple vista. Esto te costará más esfuerzo, pero podrás hacerlo si practicas
Un buen día te darás cuenta de que también puedes ver el aura de los demás, y ahí comenzarás a cuestionarte respecto a los colores que ves... cómo se mueve la energía de su aura, cómo su aura se ve afectada por las emociones de la persona, etcétera, etcétera, etcétera.
Y también comenzarás a darte cuenta de que al ver o percibir el aura de una persona, sabrás cómo es realmente.
Procura dejar de pensar en todo aquello que todas las noches piensas. Si te cuesta trabajo, respira profundamente sin retener el aire para relajarte un poco. Levanta tu mano estirando todo el brazo y abre los dedos, como si mostraras la palma hacia el techo. Procura que tu mano no "cubra" ningún haz de luz que entre por la ventana.
Ahora, abre bien los ojos (metafóricamente hablando). Enfoca tu vista en tu mano y concéntrate en las orillas, en la silueta, principalmente en los dedos, pues por ahí es el mejor lugar para comenzar, ya que los chakras de los dedos son los primeros en abrirse. Después de algunos segundos o minutos de estar concentrando tu vista en tu mano, te darás cuenta al parpadear que en el preciso momento en el que estás parpadeando, hay pequeñas partículas de luz danzando alrededor de tu mano... te sacarás de onda, y pensarás que es que tienes la vista cansada... pues no, porque lo que estás viendo son fotones que desprende tu aura.
También descubrirás que de repente, cuando dejas de parpadear por un instante, tu mano se vuelve completamente negra y ves como si la silueta fuera blanca. Ese es otro de los indicios de que te estás acercando. Sigue mirando. Llegará el momento en el que verás como si una neblina saliera de tu mano. Ahí, mi querido(a) amigo(a), dile "hola" a tu cuerpo etéreo.
El cuerpo etéreo es fácil de ver, puesto que es como una niebla que se desprende de tu mano. Y con la media luz, no tendrás problema alguno para identificarlo. Gira tu mano en distintas posiciones, levanta la otra mano, ponlas juntas, retíralas y verás cómo esa niebla es afectada por el movimiento, especialmente por la proximidad de tu otra mano. Mientras ves tu cuerpo etéreo, es posible que sigas viendo, tal vez con más intensidad, los pequeños puntos de luz, y tal vez veas un fenómeno que no cualquier mortal puede ver: un fotón transitorio. Esto es, un fotón que súbitamente "entra" de otra dimensión, hace un círculo y al terminarlo, desaparece, "saliéndose" hacia otra dimensión.
Ahora, el siguiente paso, puede que te cueste más trabajo y varios días de práctica: ver tu cuerpo astral, la mera esencia de tu aura, de tu fuerza viviente. En una de esas veces que tu mano se oscurece por completo, es posible que veas como si estuviera saliendo fuego de tu piel, y me refiero a una minúscula capa de alrededor de un milímetro de grosor. Si le pones atención a ello, cada vez verás más claramente esa capa.
Si llegas a enfocarla, se irá temporalmente al parpadear. Trata de enfocarla de nuevo, y verás que vuelve a aparecer. En esta capa verás cómo minúsculas flamas de luz salen de tu piel... imagínate una de esas parrillas de restaurante, que tienen un tubo con hoyitos por donde sale la flama. Así verás ese cuerpo de tu aura, y de hecho, verás cómo esa misma flama se convierte en la neblina que rodea tu cuerpo y por ahí tintinean los fotones
Cuando puedas enfocar bien tu cuerpo astral, entonces acerca tu mano a tus ojos para que puedas ver con más detalle... checa el dorso de tu mano, tus dedos, prueba con la otra mano, juega con tu vista. Ahora intenta ver más allá de tu mano... checa tu brazo y sigue hasta que te canses. Al principio todo lo verás en blanco y negro, pero poco a poco irás viendo o comenzarás a percibir colores en tu aura.
Prueba esto varias veces, durante varios días. Verás que agarras práctica rápidamente. El siguiente paso es verte frente a un espejo bajo las mismas condiciones de iluminación y tratar de ver el aura de tu cabeza. Y, el siguiente paso, será aumentar el nivel de luz para poder ver tu aura a simple vista. Esto te costará más esfuerzo, pero podrás hacerlo si practicas
Un buen día te darás cuenta de que también puedes ver el aura de los demás, y ahí comenzarás a cuestionarte respecto a los colores que ves... cómo se mueve la energía de su aura, cómo su aura se ve afectada por las emociones de la persona, etcétera, etcétera, etcétera.
Y también comenzarás a darte cuenta de que al ver o percibir el aura de una persona, sabrás cómo es realmente.
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